Todas nuestras carnes pasan por un proceso de maduración en cámaras especiales. Esta técnica, conocida como maduración en seco, permite que la carne desarrolle un sabor más intenso y una textura más suave.
Al igual que en el proceso de curación del jamón, la carne se madura en condiciones estrictamente controladas de temperatura, humedad y circulación de aire. Esto permite que las fibras se ablanden, resultando en una experiencia mejorada de sabor, jugosidad y terneza.