Al ser animales mayores y de gran tamaño, la carne de buey necesita un proceso de maduración más prolongado para alcanzar su punto óptimo de sabor y textura. La maduración en seco (dry aging) es fundamental en la carne de buey, ya que permite que los sabores se intensifiquen y la terneza se incremente considerablemente. Este proceso puede durar entre 60 y 120 días, dependiendo del corte y del perfil de sabor deseado. La maduración en seco elimina el exceso de humedad y permite que las enzimas naturales ablanden la carne, logrando una textura inigualable y un sabor profundo.