Se cree que la antecesora de la hamburguesa moderna es el Hamburg Steak: una especie de filete cilíndrico que se consumía sin pan y que era, de hecho, un símbolo culinario en dicha ciudad.
En el siglo XIX, muchos ciudadanos de Hamburgo emigraron al continente americano, más concretamente a E.E.U.U. y se llevaron consigo sus costumbres culinarias. El restaurante Delmonico`s (sí, el de la New York Steak), ofrecía el auténtico Hamburg Steak, hamburger steak o lo que es lo mismo: filete estadounidense al estilo Hamburgo.
Este plato se popularizó enormemente y con el tiempo su precio, en origen elevado, se democratizó haciéndose más asequible. La palabra también fue evolucionando para finalmente establecerse "burger" como el término general para designar a las hamburguesas.
Y ¿cuándo entró el pan en escena? La teoría más extendida es que fue idea de Charlie Nagreen, propietario de un puesto de comida ambulante en una feria local en Wisconsin, para que los asistentes pudieran disfrutar con facilidad de la carne. A partir de ahí, fueron incorporándose diversos ingredientes. La hamburguesa vivía una época dorada que no parecía tener intención de terminar.
En 1921, se fundó White Castle, la primera cadena de hamburgueserías bajo el concepto fast food (comida rápida) como una respuesta a la necesidad de comer de manera rápida y barata.
El concepto fast food se extendió por el mundo entero siendo la manera más popular de consumir hamburguesas, sin una excesiva preocupación por la calidad de las mismas.
Sin embargo, en los últimos años, ha irrumpido con fuerza un nuevo concepto que está conquistando los corazones de los amantes de la carne y de los carnívoros más exigentes: las hamburguesas gourmet.